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La reciente firma del TPP con varios países de Asia y América Latina y el acuerdo conocido como TTIP, con la UE, son algunos de los principales proyectos de libre comercio impulsados por los EE UU. El secretismo rodea a las negociaciones y Rusia se ha sumado a las voces críticas.
Tras ocho años de negociaciones el pasado 5 de octubre se anunció que han concluido las negociaciones para la firma del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés).
En estos momentos están en plena revisión legal y el texto debería ser firmado durante el primer trimestre de 2016 por los 12 gobiernos que lo integran, tal y como anunció este martes el viceministro de Comercio Exterior de Perú, Edgar Vázquez, informa el diario local La República.
“Tenemos el documento terminado en su esencia y ahora estamos en lo que se llama la revisión legal, que significa darle forma a este texto en bruto”, dijo Vázquez y agregó: “Ese proceso nos va a tomar como máximo 30 días; esa es la meta que nos hemos puesto los 12 países (que integran el TPP)”.
Los otros dos países latinoamericanos que forman parte de tratado son Chile y Perú. El principal promotor ha sido EE UU y entre los restantes se encuentran Canadá, Australia, Brunéi, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam. Engloba el 10% de la población mundial y el 40% del PIB global.
Se desconocen los detalles de un acuerdo negociado en secreto que busca regular ámbitos muy diferentes; desde el comercio de lácteos, hasta la regulación laboral, pasando por derechos de autor, patentes, inversiones estatales y medio ambiente. La información que se conoce es gracias a las filtraciones que ha realizado Wikileaks desde el 2013.
Rusia y el TPP
Rusia ha criticado estos acuerdos. Putin se refirió a esta cuestión, aunque no de manera directa, durante su discurso en la ONU, al declarar: “Algunos países crean asociaciones económicas en secreto, a espaldas de sus propios ciudadanos y otros países. Los afectados no son informados de nada”.
Ayer, María Zajárova, portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, hizo declaraciones en la misma línea: "Algunos Estados se alejan de las normas universales de comercio y cooperación económica internacional, optando por unas asociaciones opacas y cerradas; lo que pretenden los participantes de estos clubes privados es reescribir a su favor las reglas de la economía global, y EEUU lo dice abiertamente", informa Sputnik.
Las reglas del comercio internacional, insistió Zajárova, "deben establecerse en el marco de la Organización Mundial del Comercio, con la participación de todas las partes interesadas".
Aunque todavía es pronto para ver cuáles son las consecuencias económicas ya hay una lectura política del TPP.
Varios medios han señalado la división que se produce en América Latina. Perú, Chile y México, son ya miembros, pero deberán ratificar el acuerdo en sus parlamentos. Colombia podría ser la siguiente en la lista, tal y como declaró el ministro peruano Alonso Segura: “Esperamos que Colombia se nos pueda unir”, informa EFE. Este país ya está en la Alianza del Pacífico y en el TISA.
Entre los estados que no han firmado el acuerdo están Brasil, Argentina o Venezuela, además de la destacada ausencia de China. Es probable que esta situación provoque que se abra una brecha en las estrategias que llevan a cabo diferentes bloques de países latinoamericanos. También "habrá que ver si los países que no están mantienen su política de no incorporarse, pues eso depende de los gobiernos y de quiénes ganen las próximas elecciones", declaró a Sputnik el economista José Manuel Quijano, ex director de la Secretaría del Mercosur y especialista en temas de integración económica.
En este sentido, conviene recordar que Mercosur está más orientado a buscar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea.
La entrada en vigor del acuerdo se "va a demorar no menos de un año o más en procesarse en todos los países, y hay una duda grande sobre lo que va a pasar en Estados Unidos, porque falta ver si la mayoría del Congreso lo aprueba”, agregó a la agencia rusa el economista. .
Entre las numerosos voces críticas al TTP se encuentra el Premio Nobel de Economía en 2001, Joseph Stiglitz, quien escribió una carta al presidente peruano Ollanta Humala, publicada en el diario italiano La Republicca. “Por lo que sabemos a partir de distintas filtraciones de los textos que se están negociando, es probable que lo que se obtenga sea peor. Los beneficios del TPP para el Perú no están claros y los costos para su economía serán francamente altos”, se dice en la misiva.
El TTIP con Europa
Otra iniciativa de libre comercio impulsada por los EE UU, pero esta vez con la UE es la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés). Actualmente se sigue negociando en secreto y ya se han debatido algunas cuestiones, y evitado otras, en el Parlamento Europeo.
Se sabe que afectará a cuestiones como la reducción de barreras regulatorias para las grandes empresas. Entre las leyes y las regulaciones afectadas se encuentran la seguridad alimentaria, la protección del medio ambiente o las medidas de protección bancaria. Uno de los aspectos más polémicos son los tribunales de arbitraje (ISDS, por sus siglas en inglés), con los que se permitiría a las empresas no acudir al sistema jurídico de cada país y recurrir directamente ante esta instancia cuando crea que un Estado “se ha saltado lo convenido en el tratado”, con la posibilidad de imponer multas multimillonarias a los Estados. En el Parlamento europeo se eludió votar esta cuestión.
En Europa y EE UU hay voces críticas. El fin de semana pasado una masiva manifestación recorrió las calles de Berlín, a la que asistieron cerca de 250.000 personas, según los organizadores y 100.000, según la policía. El Gobierno alemán impulsa el tratado y argumenta que permitirá a las pequeñas y medianas empresas competir en el mercado global, además de reducir la burocracia. Los críticos consideran que los servicios públicos en Europa están en peligro con un tratado que favorece a las empresas.
Según los opositores al TTIP, el tratado socava las normas en materia de protección del medio ambiente y alimentación. Al mismo tiempo, critican los tribunales de arbitraje porque “minan la democracia y favorecen a las grandes empresas”.
Por su parte, Rusia considera una iniciativa peligrosa la creación de las asociaciones Transpacífica y Transatlántica, según declaró el miércoles el ministro de Exteriores del país, Serguéi Lavrov, informa Sputnik.
"Lo vemos como una tendencia muy indeseable y hasta peligrosa y destructiva, desde el punto de vista de (que podrían causar) daños para el sistema comercial universal multilateral", dijo en una comparecencia ante la Cámara baja rusa.
Estos riesgos, explicó, se deben a que ambas asociaciones se están creando en un ambiente de secretismo y opacidad.
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